El ejemplar, que midió poco más de 6 metros, fue capturado por un pescador de la zona y fue expuesto a los curiosos que llegaron a tomarle fotografías, nació un 15.07.1970 y murió hoy
Sorpresa completa no solo para los ariqueños, sino que también para la comunidad científica debido a que este animal vive cerca de los 1.000 metros de profundidad y pocas veces se le ve en superficie, por ende, menos siendo capturado.
De acuerdo a medios locales, el ejemplar midió cerca de los seis metros con 80 centímetros.
Hasta el lugar donde fue mostrado el pez remo, según el citado medio, llegó el Instituto de Fomento Pesquero y Sernapescar muestras de la criatura.
El Pez Remo (Regalecus glesne) perteneciente al orden de los lampridiformes, en un pez bastan llamativo debido a su longitud, el pez óseo más largo del mundo. Se estima que este pez emergió hace unos 70 millones de años, a pesar de que el pez Remo prefiere aguas profundas (1.000 metros) también puede ser avistado en la costa y en profundidades de 20 metros, especialmente posterior a una tormenta o cuando son maduros, en donde no se resisten a la corriente, perdiendo el sentido de la orientación.
En ocasiones, los peces remo gigantes adultos suelen verse cercanos a sectores costeros habitados o varados en la playa, terminando su ciclo de vida. Otra causa de que accedan a la superficie, es cuando las hembras entran en proceso de desove entre julio y diciembre.
Lamentablemente, la presencia de este pez solitario y tranquilo en la superficie, la relacionan a la ocurrencia de catástrofes debido a una leyenda nipona del “mensajero del palacio del Dios del Mar” pero que, datos de su ciclo de vida, la descartan.
EL MITO “MENSAJERO DEL PALACIO DEL DIOS DEL MAR”
Su nombre en japonés, ‘Ryugu no tsukai’, se traduce como “Mensajero del Palacio del Dios del Mar” y existe la creencia de que sólo llegan a las costas antes de un gran tsunami, esto porque se dice que son capaces de sentir los movimientos de las placas tectónicas y huyen hacia la superficie.
Esta idea se reforzó entre los nipones luego del terremoto y tsunami de Fukushima en 2011, en el que más de 20 mil personas perdieron la vida. No existe evidencia científica de que dichos avistamientos tengan relación alguna con actividad en las placas tectónicas. En 2017, tres peces remo aparecieron en las costas de Filipina, detonando el temor sin que sucediera nada. También en Tacna, Perú, fue encontrado uno en febrero de 2018, un mes después del sismo de 7.1 grados que afectó a Arequipa; se descarta una relación entre ambas cosas.
La creencia, tan arraigada en Japón, se alimenta del mito de ‘Namazu’, una serpiente marina gigante que vive en las profundidades y ocasiona terremotos cuando sale a la superficie. De acuerdo a esto, Namazu es el responsable de que la tierra se mueva provocando terremotos y tsunamis, se trata de un siluro gigantesco que habita en las profundidades del mar. Es una criatura perteneciente a los yokai o monstruos mitológicos japoneses, asociado a los desastres y a todo tipo de desgracias. Pero antes de que Namazu se convirtiera en un horrible y gigantesco pez, en la tradición más antigua se le conocía con el nombre de Sakana mono-iu, su tamaño era normal y tenía la capacidad de comunicarse con los humanos, incluso de transformarse en uno de ellos. Gobernaban las aguas y se decía que el la persona que osara capturarlo sufriría la más horrible de las desgracias.